Belén Esteban, 51 años: “A mí me costó mucho ir a la psicóloga, pero me vino muy bien. Recuerdo que las primeras veces me recibía con una caja de kleenex porque yo lloraba y no hablaba”

Belén Esteban, 51 años: “A mí me costó mucho ir a la psicóloga, pero me vino muy bien. Recuerdo que las primeras veces me recibía con una caja de kleenex porque yo lloraba y no hablaba”

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